Las empresas se enfrentan ahora a la necesidad urgente de adecuar sus infraestructuras logísticas

David Martínez, CEO de Proequity.

Madrid, 29 de mayo de 2024. El crecimiento exponencial del comercio electrónico en la última década ha transformado radicalmente la cadena de suministro global, destacando la importancia crítica de las instalaciones logísticas en el entramado económico actual. En Valencia, por ejemplo, la contratación de naves industriales se ha duplicado en los últimos diez años, solo en el 2023 hubo un crecimiento del 18%. Sin embargo, este auge también ha traído consigo un desafío significativo: la escasez de espacio de almacenaje adecuado. Las empresas se enfrentan ahora a la necesidad urgente de adecuar sus infraestructuras logísticas a una realidad donde la eficiencia y la adaptabilidad no son solo ventajas comparativas, sino requisitos esenciales.

No solo es una cuestión de espacio, lo es también de seguridad, ya que muchas de las naves existentes no están debidamente adecuadas y se encuentran obsoletas. Un ejemplo de ello pudo verse durante el accidente ocurrido en Sollana, que devastó cinco naves industriales, evidenciando la vulnerabilidad de las instalaciones logísticas frente a emergencias y la necesidad de invertir en infraestructuras más robustas y seguras.

Los sistemas de almacenaje inteligentes representan una revolución en la manera de gestionar los inventarios, adaptando la capacidad de almacenamiento en tiempo real a las fluctuaciones del mercado gracias a algoritmos de inteligencia artificial. En sectores específicos como la logística del frío, la gestión efectiva del inventario es crucial para evitar una acumulación de productos no rotativos, lo que puede traducirse en pérdidas significativas debido al deterioro u obsolescencia de los productos.

Estas tecnologías, incluidas la automatización robótica y los sistemas automatizados de almacenamiento y recuperación (AS/RS), no solo aumentan la capacidad de almacenaje, sino que también mejoran la eficiencia operativa, ya que permiten reorganizar productos en alturas que serían inaccesibles o ineficientes para los trabajadores humanos, liberado espacio valioso en el suelo para otras operaciones.

La construcción de entreplantas es otra estrategia efectiva, especialmente en áreas donde el espacio de suelo es limitado y que está valorado por un precio elevado. Al maximizar el uso vertical del espacio existente, las empresas pueden ampliar significativamente su capacidad de almacenamiento sin incurrir elevados costes asociados con la expansión física o a la adquisición de nuevas propiedades. Este enfoque no solo es económico y rápido, sino también sostenible, ya que se trata de aprovechar la construcción ya existente.

En este sentido, las políticas públicas también juegan un rol crucial en este escenario. La necesidad de actualizar y expandir las infraestructuras logísticas requiere de un marco regulatorio que facilite la inversión en nuevas tecnologías y la construcción de instalaciones más modernas y sostenibles. Por ejemplo, incentivos fiscales o regulaciones que promuevan la eficiencia energética y la reducción de emisiones pueden acelerar la adopción de prácticas sostenibles en todo el sector. Además, la planificación urbana debe integrar estos espacios dentro del tejido económico de las ciudades, de manera que se facilite el acceso, minimizando así el impacto en el tráfico y en el medio ambiente.

En definitiva, todos estos elementos dibujan un panorama donde la adaptación y la innovación son fundamentales para superar los desafíos de espacios en las naves logísticas. Mirando hacia el futuro, es evidente que el sector logístico debe seguir adaptándose y evolucionando, no solo para satisfacer la creciente demanda, sino también para anticiparse a desafíos futuros. Esto implicará una colaboración mas estrecha entre empresas, innovadores tecnológicos y reguladores, con el objetivo de poder crear un ecosistema logístico que sea tanto resiliente como adaptable a las cambiantes dinámicas del mercado global.